En el primer domingo de Adviento, los obispos de la Iglesia Católica en Bolivia hicieron hincapié en la necesidad de preparar el corazón con esperanza y concordia, dejando de lado los enfrentamientos y el egoísmo, y poniendo en práctica la solidaridad con quienes lo necesitan.
Es el caso de Mons. Aurelio Pesoa, Obispo del Beni y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, quien remarcó la necesidad de renovar la fe en este tiempo, como camino para enfrentar los desafíos actuales y construir un futuro en paz y justicia.
“En nuestro país se habla de no violencia, pero todos asistimos diariamente a la violencia”, lamentó el prelado, y ante las tensiones sociales llamó a rechazar todas las formas de agresión, y tener una reflexión profunda sobre las actitudes que dividen y dañan.
“La violencia no es solo física. También se manifiesta en las palabras que descalifican al prójimo o en las verdades a medias que siembran desconfianza”, señaló.
En ese sentido, llamó a actuar con responsabilidad frente a los problemas que aquejan a la sociedad, y a renovar en este tiempo la esperanza en el Dios de la vida, “que traerá justicia y salvación”.
Por su parte, el Arzobispo de La Paz y vicepresidente del Episcopado, Mons. Percy Galván, pidió a los gobernantes que dejen de lado la violencia física y la agresión verbal y que muestren su solidaridad con la población boliviana.