El 23 de noviembre, en el pueblo de Faraya, ubicado en el distrito de Keserwan, en el Monte Líbano, se desató la indignación de los fieles locales cuando una pistola fue colocada cerca de un pesebre. Durante el acto vandálico, los perpetradores retiraron la estatua del Niño Jesús y dejaron un arma de fuego en su lugar.
Los residentes se reunieron en la plaza del pueblo tocando las campanas de la iglesia en señal de protesta, mientras las fuerzas de seguridad trabajan para calmar las tensiones.
Contexto del distrito de Keserwan
El distrito de Keserwan es conocido como el bastión de los católicos maronitas del Líbano y alberga importantes lugares como el Santuario de Nuestra Señora del Líbano en Harissa y la sede del Patriarcado Maronita en Bkerke.
Muchos consideran este acto como un intento de sembrar caos durante la temporada de Adviento en un país que actualmente acoge a un gran número de desplazados de regiones en guerra. Otros, sin embargo, esperan los resultados de la investigación, según informó ACI Mena, agencia en árabe de EWTN News.