El líder de la Iglesia Católica en Inglaterra y Gales hizo una sólida defensa del papel de la religión en el debate político sobre el suicidio asistido, cuya legislación será votada mañana en la Cámara de los Comunes.
Se le pidió al Cardenal Vincent Nichols, Arzobispo de Westminster, que respondiera a los comentarios de Lord Falconer de Thoroton, el ex Lord Canciller, quien el 24 de noviembre dijo a The Guardian que las “creencias religiosas” no deberían imponerse a los demás, cuando se trata del debate sobre el suicidio asistido.
Durante una entrevista con Times Radio el 25 de noviembre, el Cardenal Nichols dijo: “Pensé que vivíamos en una democracia donde se permitía a las personas expresar sus puntos de vista y presentar un argumento, un argumento racional. Si el señor Falconer no puede ampliar ese espacio a la creencia religiosa, entonces no estoy seguro de por qué debería estar en la política, en realidad”.
El purpurado continuó: “No es que la política sea una forma de vida separada y aislada, es parte de la vida de este país. La creencia religiosa es una parte muy importante de la vida de este país, y la mayoría de la gente del mundo tiene una creencia religiosa en Dios. Así que es Charlie Falconer quien está en la tribuna, no yo”.
Se cree que la decisión sobre el suicidio asistido está “en el filo de la navaja”, según las proyecciones de votación. Un análisis reciente de Election Maps UK indica que 285 diputados están a favor de la nueva ley, mientras que 289 diputados se oponen.
Cuando Times Radio le preguntó cómo se sentiría si el suicidio asistido se legalizara en Inglaterra y Gales, el Cardenal Nichols respondió: “Tendría miedo por muchas personas vulnerables que se sentirían presionadas. Ya sabes, el derecho a morir puede convertirse fácilmente en un deber de morir, lo que corroe la confianza en uno mismo”.