Sacerdote insta a empresarios y políticos peruanos a llevar “primero la paz a sus familias”

En su mensaje, el presbítero subrayó que la paz tiene un origen profundo y esencial: “Nace en el corazón”.

Añadió con firmeza: “Esa paz, sin embargo, sólo se encuentra en Dios. Como dice San Agustín: ‘El corazón sólo descansa en Dios’. No hay otro lugar donde realmente podamos hallar la verdadera paz”.

También instó a los presentes a “primero llevar esta experiencia a sus familias, a sus entornos más cercanos”. “Pero también espero que lo apliquen en sus propias áreas: los políticos en su ambiente político y los empresarios en el empresarial”.

La paz, afirmó en una entrevista con ACI Prensa el mismo jueves, está intrínsecamente ligada a la solidaridad y la justicia. “Sin justicia, no puede haber paz. Es el momento de construir un mundo más justo, un Perú más justo. Este evento debe ser un llamado a la oración por nuestro país, porque aún enfrentamos muchos conflictos y situaciones convulsionadas que debemos combatir”.

Concluyó subrayando la importancia de la oración: “No es solo necesaria; es indispensable. Sin oración, nos destruiremos como país y como humanidad. Si rezamos, existe esperanza de salvación para todos”.

Asimismo, lamentó que muchos hayan dejado de lado la oración, creyendo que sólo las acciones son suficientes: “Es fundamental hacer el bien, pero esas acciones deben nacer de la oración. De lo contrario, se convierten en simple activismo, sin fe ni sentido trascendental. Por eso, es crucial rezar”.

La importancia del Desayuno Nacional de Oración

El primer DNO se celebró el 31 de octubre de 1996 y, desde entonces, ha sido un espacio anual para invocar la guía divina para los líderes del país. Aunque la pandemia obligó a realizarlo de manera virtual, este año retomó su formato presencial, fortaleciendo su propósito principal: orar por la paz y los corazones de quienes tienen en sus manos el destino de Perú.

Álvaro Dammert, miembro del Comité Organizador del DNO, explicó en entrevista con ACI Prensa que este evento ecuménico tuvo sus inicios en Estados Unidos durante la presidencia de Dwight D. Eisenhower, y desde entonces se ha extendido por Latinoamérica y el mundo.

“Lo que hacemos en el desayuno es orar por nuestros líderes, porque a la hora de que al líder realmente se le abre el corazón y está encaminado hacia las enseñanzas de Jesús, el resto fluye suavemente, ya sea en políticos, empresarios, líderes gremiales, familiares e institucionales. Queremos llegar a ellos para que nuestro país siga las enseñanzas de Jesús”, sostuvo.

Finalmente, Dammert también compartió su gratitud por el impacto que puede tener el evento de 2024, afirmando: “Para nosotros, simplemente que, después del desayuno, si una sola persona es tocada por Dios, para nosotros ya es más que suficiente. Eso es maravilloso”.