El Vaticano no estaba celebrando junto al árbol de Navidad el jueves luego de que una pícea de Noruega de casi 29 metros, proveniente del norte de Italia, se viera envuelto en una controversia.
Una petición en línea publicada en change.org a mediados de octubre obtuvo más de 53.000 firmas en protesta por la tala del árbol, argumentando que contradice la promoción del Papa Francisco de la protección del medio ambiente.
A pesar de la oposición a su eliminación, el árbol llegó como estaba previsto a la Plaza de San Pedro a las 7:00 a.m. del 21 de noviembre, pero quedó misteriosamente tendido en la plataforma del camión mucho después del atardecer. Al momento de la publicación, el árbol todavía no ha sido colocado en su base.
La carta abierta de la petición al Papa Francisco y a los funcionarios del Vaticano y de Italia lamentaba la “práctica exclusivamente consumista de usar árboles vivos para un uso efímero, con meros fines publicitarios y algunos selfies ridículos”.
La petición llamó la atención sobre los escritos del Papa sobre el cuidado de la creación y la importancia de tener respeto por la naturaleza.