En las remotas montañas de la Patagonia chilena, a más de 1.800 kilómetros al sur de Santiago, se erige un oasis de espiritualidad que desafía la imaginación: el Monasterio Nuestra Señora de Aysén. Este refugio de fe, el más austral del mundo, no solo se distingue por su ubicación geográfica extrema, sino por ofrecer una experiencia de recogimiento casi sobrenatural.
Custodiado por la comunidad religiosa de Schola Veritatis, este monasterio se alza como un faro de serenidad en un mundo cada vez más caótico. Su aislamiento no es un obstáculo, sino su mayor virtud. "Es como la subida al cielo: no es fácil, pero el esfuerzo vale la pena", comenta a ACI Prensa la Madre Benedicta, miembro de la comunidad .
“Esto nos ha permitido encontrar un entorno de verdadera soledad y desierto, como lo desearon los grandes monjes de la antigüedad, en especial San Bruno, que es nuestro Patrono”, precisa.
El pueblo más cercano es Puerto Ingeniero Ibáñez, Región de Aysén, situado a orillas del lago General Carrera. Desde ese pueblo, es necesario tomar el camino hacia Península de Levicán, y luego una desviación hacia la cumbre de la montaña.