En la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco propuso el “sí” de María como un ejemplo que nos impulsa a decirle también nuestro “sí” a Dios “cada vez que nos encontremos ante una obediencia que cumplir o una prueba que superar”.
Ante los fieles y peregrinos que le escuchaban desde la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Santo Padre explicó que el Espíritu Santo lleva a cabo su obra de santificación a través de un medio “muy especial”: la piedad mariana.
Al recordar el lema “a Jesús por María”, señaló que “la Virgen nos hace ver a Jesús y ella nos abre las puertas”.
“La Virgen es siempre la madre que nos lleva de la mano hacia Jesús. La Virgen nunca se señala a sí misma, siempre señala a Jesús. Y esta es la piedad mariana. A Jesús, por las manos de María”.
Asimismo, recordó que María, como primera discípula y figura de la Iglesia, es “una carta escrita con el Espíritu del Dios vivo. Precisamente por ello, ella puede ser conocida y leída por todos los seres humanos, incluso por aquellos que no saben leer libros de teología”.
Según precisó el Papa Francisco, al decir su “sí” y aceptar ser la Madre de Jesús “es como si María dijera a Dios: ‘Aquí estoy, soy una tabla de escribir: que el Escritor escriba lo que quiera, que haga lo que quiera conmigo el Señor de todas las cosas’”.