El Papa Francisco animó a los jóvenes a rezar el Rosario, no como una oración “monótona y repetitiva” sino como “un acto de amor”, en su mensaje por los 150 años de la llegada del cuadro de la Virgen del Rosario a Pompeya en Italia.
“Somos conscientes de cuán necesario es redescubrir la belleza del Rosario en las familias y en las casas. Esta oración es de ayuda para construir la paz y es importante proponerla a los jóvenes para que no la sientan repetitiva y monótona, sino un acto de amor que no se cansa nunca de derramarse”, destacó el Santo Padre en su mensaje dirigido a Mons. Tommaso Caputo, Arzobispo Prelado de Pompeya y Delegado Pontificio para el Santuario de la Virgen del Rosario en Pompeya.
El Papa Francisco destacó además que “es bello redescubrir el Rosario, en esta perspectiva, para asimilar los misterios de la vida del Salvador, contemplándolos con la mirada de María. El Rosario, instrumento sencillo al alcance de todos, puede sostener la renovada evangelización a la que hoy está llamada la Iglesia”.
“El Rosario es además fuente de consuelo para los enfermos y los sufrientes, ‘una dulce cadena que nos une a Dios’, pero también una cadena de amor que se hace abrazo para los últimos y marginados, como eran, a los ojos de Bartolo Longo, sobre todo los huérfanos y los hijos de los encarcelados”.
El Beato Bartolo Longo, fundador del Santuario de la Virgen del Rosario en Pompeya, fue un gran difusor de esta devoción, y fue quien llevó el cuadro mariano a ese lugar el 13 de noviembre de 1875.
Recordando su visita a Pompeya en marzo de 2015, el Papa Francisco hizo votos para que “el Señor pueda también hoy hablar a la humanidad necesitada de redescubrir el camino de la concordia y de la fraternidad, mediante el mensaje de Nuestra Señora de Pompeya”.