En California, persiguió enérgicamente a los centros provida de embarazo y acosó a David Daleiden por su noble y valiente labor de denunciar el insidioso negocio de las “partes fetales” de la industria del aborto. La mayoría de los católicos se horrorizaron con lo que descubrió Daleiden.
Harris, sin embargo, se horrorizó con Daleiden. En su cálculo moral, Daleiden era el malo, no Planned Parenthood. Por lo tanto, no apuntó a los vendedores de partes de bebés, sino al hombre que los expuso. En California, Planned Parenthood no tuvo mejor aliado ni luchador más feroz que Kamala Harris.
En Washington, en el Comité Judicial del Senado, una Harris hostil sorprendió a todos con su trato a los candidatos judiciales católicos como el juez Brian Buescher, simplemente por ser miembro de los Caballeros de Colón. La senadora Harris dudaba de que Buescher fuera apto para servir en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos en Nebraska, dado que pertenecía a lo que ella consideraba una organización enigmática y dogmática “anti-choice”, a la que describió despectivamente como “una sociedad exclusivamente masculina compuesta principalmente por hombres católicos”.
A lo largo de la campaña de 2024, la candidata Harris dejó en claro que nada la apasiona tanto como el aborto. El aborto parecía estar en toda su publicidad. Los chicos que veían partidos de fútbol los domingos por la tarde eran atacados con anuncios abortistas de Harris-Walz, que se les lanzaban repetidamente. Estaba obsesionada con el tema.
Fue revelador que en su discurso de concesión, por lo demás amable, en la Universidad Howard el 6 de noviembre, Harris hiciera una pausa una vez más para subrayar sus "sueños, ambiciones y aspiraciones" de que "las mujeres de Estados Unidos tengan la libertad de tomar decisiones sobre su propio cuerpo".
No sé qué rumbo tomará la carrera de Harris a partir de ahora, pero no me sorprendería verla terminar como presidenta no de los Estados Unidos de América, sino de Planned Parenthood. Ahí es donde está su corazón. Y muchos católicos lo encontraron desconcertante, por no decir horrendo.
Los católicos también se sintieron ofendidos por la falta de un acercamiento significativo de Harris hacia ellos. En una decisión increíblemente tonta, se negó a asistir a la cena anual de Al Smith en la ciudad de Nueva York. Incluso Hillary Clinton en 2016 sabía que no debía hacerlo. Clinton asistió y se la vio partiendo el pan y riendo y sonriendo con su archirrival Trump.
La mayor risa de Trump en la cena de 2024 se produjo cuando bromeó diciendo que Harris no podía asistir porque estaba en Michigan recibiendo la comunión de la gobernadora católica Gretchen Whitmer (otro desaire a los católicos fieles durante la temporada de campaña de 2024).
Esa acción y otras fueron denunciadas por algunos católicos como un “desaire” y un ejemplo de la hostilidad de Harris hacia ellos. Bill Donohue, de la Liga Católica, dijo que Harris, a lo largo de la campaña, demostró una “clara animadversión contra los católicos”.
En cuanto al compañero de fórmula de Harris, Walz es un ex católico que no ayudó mucho a Harris con los católicos fieles. Podría decirse que está a la izquierda de Harris en cuestiones morales y culturales. De hecho, esa fue la razón por la que Harris eligió a Walz y le gustó. Ciertamente no fue porque sintiera que lo necesitaba para ganar en Minnesota.
Si hubiera querido un compañero de fórmula más moderado que la ayudara a ganar en un estado clave, habría elegido al gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro. Todo el mundo se quedó atónito cuando Harris, ese día de agosto en Filadelfia, pasó por alto a Shapiro en favor del desconocido Walz. Electoralmente no tenía sentido. Sólo tenía sentido ideológico. Ella eligió a un alma gemela en cuanto a la ideología radical.
Por esas y otras razones, millones de católicos apoyaron a Trump y se opusieron a Harris. Por supuesto, hubo otras razones políticas más convencionales, incluido el factor principal que citan los estadounidenses en general para preferir a Trump: la economía. También hubo cuestiones de política exterior.
En mi estado natal, Pensilvania, los católicos de clase trabajadora se sintieron atraídos por Trump y se alejaron de Harris por cuestiones como el fracking.
Por último, debo resaltar un factor particularmente positivo a favor de Trump que se destacó cada vez más para muchos católicos fieles, después del 13 de julio de 2024. Sí, desde el tiroteo de Trump que ocurrió ese día en Butler, mi ciudad natal, Pensilvania. Ese día, y aparentemente todos los días y en diversas manifestaciones desde entonces, Donald Trump públicamente, repetidamente, atribuyó a Dios el haberle salvado la vida. Está convencido de que la Providencia lo salvó.
Es claro que el hombre se sintió profundamente afectado y humillado. No, nunca ha sido un hombre humilde. Sin embargo, estar cerca de la muerte puede cambiarlo a uno.
Trump y su familia dieron, abiertamente, crédito a Dios e incluso a ángeles de la guarda por haber sobrevivido. Sorprendió a todos al emitir un comunicado en sus plataformas de redes sociales el día de los Santos Ángeles, invocando la protección de San Miguel Arcángel. Apenas unos días antes de las elecciones, emitió un bonito comunicado con motivo del Día de Todos los Santos.
Los cínicos desestimarán estas propuestas como si fueran meramente políticas, como un vulgar llamado a los votantes católicos. Creo que eso es injustificado, incluso poco caritativo.
El hombre recibió una bala a escasos centímetros de su cráneo. Ese momento sin duda lo cambió. Así como sorprendentemente se volvió más provida con el paso de los años, el presidente electo podría estar volviéndose más religioso a nivel personal. Los católicos se han dado cuenta.
Hay mucho más que se podría decir en este análisis sobre por qué los católicos apoyaron con tanta fuerza a Trump el día de las elecciones. Pero, en general, de todos los temas que animan a los católicos que vemos en las bancas de la iglesia todos los domingos, o todos los días, ellos vieron a Trump-Vance como una mejor apuesta para proteger su libertad religiosa y en cuestiones morales como la santidad y dignidad de la vida humana, el matrimonio entre hombres y mujeres y la cordura sexual y de género, que Harris-Walz. Y emitieron su veredicto de manera decisiva el 5 de noviembre.
Donald Trump, puedes agradecerles por tu gran victoria.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en el National Catholic Register.
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