El domingo 27 de octubre, un sacerdote —P. Thomas Oyode— fue secuestrado del seminario menor donde trabajaba en Kenia, después de que se ofreciera como prisionero para evitar que los bandidos se llevaran a dos jóvenes, según informó la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés).
Hombres armados irrumpieron en el Seminario Menor Inmaculada Concepción, ubicado en la Diócesis de Auchi, estado Edo, en la noche del domingo. Dispararon al aire, causando pánico entre los estudiantes y el personal. El secuestro para extorsionar se ha convertido en un negocio en Nigeria, asegura ACN, y los sacerdotes son frecuentemente tenidos como blancos. El P. Oyode se convirtió en el último de una larga lista de presbíteros raptados.
Al escuchar el alboroto, el presbítero salió a confrontar a los delincuentes. Al darse cuenta de que no llegaría ayuda al lugar, les propuso que lo llevaran a él en lugar de a dos estudiantes. Los secuestradores aceptaron y se adentraron a la selva con el P. Oyode.
Aunque inicialmente la diócesis publicó un comunicado explicando lo sucedido y asegurando que ningún estudiante o miembro del personal resultó herido, y que aún los bandidos no se ponían en contacto con las autoridades de la Iglesia, el 29 de octubre la prensa nigeriana reveló que el grupo armado pide 200 millones de nairas nigerianos para liberar al P. Oyode, más de 120.000 dólares estadounidenses.
“La Diócesis de Auchi reza e insta a los secuestradores a que liberen al P. Oyode y lo dejen ileso”, dice el comunicado diocesano.
“Tras hacer su demanda, los secuestradores cortaron la llamada, a la espera de que ellos (la Iglesia Católica) iniciaran las negociaciones. A fecha de ayer (28 de octubre), aún no habían comenzado las negociaciones con los secuestradores, y no sé si la familia católica discutirá la negociación del rescate”, comentó una fuente al diario nigeriano Daily Post.