El Papa Francisco nombró a Mons. Lisandro Rivas nuevo Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, en Venezuela, este 31 de octubre. En una entrevista con ACI Prensa, el hasta ahora Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Caracas, reflexionó sobre su nueva misión pastoral.
“Este nombramiento, como sexto obispo de la Diócesis de San Cristóbal, se convierte en una oportunidad para ser un obispo en salida misionera, especialmente en el contexto de la sinodalidad. Es una iglesia particular muy importante que ha cumplido 102 años de existencia”, afirmó Mons. Rivas.
Además, el prelado destacó el desarrollo de su nueva sede, en la que hacen vida cerca de 200 presbíteros y una amplia comunidad de creyentes que participan de las celebraciones litúrgicas. De igual manera, resaltó la importancia de la labor comunicacional de la Diócesis de San Cristóbal, especialmente del Diario Católico del Táchira, que este año cumplió 100 años de existencia.
Mons. Rivas expresó que las nuevas plataformas de comunicación deben orientarse a ser herramientas para evangelizar integralmente. “La humanidad se ha llenado de tanta información que ya no busca lo esencial. A la parte periodística, a los medios de comunicación social se les ofrece una oportunidad extraordinaria para seguir haciendo presente información que pueda volver a lo esencial”, señaló.
“Una evangelización integral que rescate no solamente los valores cristianos, que son fundamentales, sino que se promuevan valores humanos, que se están perdiendo. Además, los comunicadores deben ayudar a la ciudadanía a formar conciencia sobre el momento histórico que estamos viviendo”, añadió el obispo recién electo.
Precisamente sobre la complicada realidad venezolana, Mons. Rivas comentó que el papel de la Iglesia es mantenerse cerca de sus hijos para acompañarlos en su caminar: “esto significa involucrarse, desacomodarse para ir verdaderamente donde la vida sigue clamando por su dignidad, por sus valores, por sus derechos y, sobre todo, clamando para que sus condiciones de vida puedan ser dignas, justas y donde la persona en su integridad sea respetada”.