La Iglesia en Colombia incluirá la voz de las víctimas de abusos en sus políticas de prevención

“Ciertamente —indicó— nosotros ya lo habíamos percibido. Hemos adelantado bastante la reflexión sobre la cultura del cuidado, las líneas guía, las líneas operativas, estamos avanzando en la espiritualidad del cuidado, y ahora es muy importante integrar la visión de las víctimas”.

El obispo dijo que “como lo deja intuir el informe de la Santa Sede, si falta esa presencia, cojea el Sistema Nacional de Cultura para el cuidado que empuja la Conferencia Episcopal”.

El prelado participó estos días en el Primer Encuentro Nacional de Responsables de la Cultura del Cuidado en la Iglesia en Colombia, al que asistieron 120 delegados, entre obispos, sacerdotes, religiosas y laicos que representan al 96% de las jurisdicciones del país.

El Obispo de Santa Marta dijo que “este encuentro tuvo como objetivo socializar lo hecho hasta ahora, tener una fotografía del presente y preparar el primer informe a la plenaria del Episcopado que tendrá lugar en febrero del próximo año”.

El problema real de los abusos es espiritual

Mons. Bacci Trespalacios, quien durante el encuentro abordó el tema “Espiritualidad del cuidado”, indicó a ACI Prensa que en la base de los abusos sexuales hay un problema real que es la dimensión espiritual.

“Desde luego que cuando aparece un caso hay una estructura que falla, hay una política que encubre o hay una decisión que pospone el dolor de la víctima, pero todo eso es posterior, todo eso es consecuencia de una ausencia de fe, ausencia de Evangelio, ausencia de Jesucristo”, explicó.

El obispo colombiano señaló que son necesarias las estructuras y programas para combatir los abusos, “pero la raíz es espiritual, porque el Evangelio es fuerza que estructura a la persona” y la convierte en verdaderamente cristiana.

Ello porque “los abusos de clérigos o de personas en ámbitos eclesiales” se deben a que “en el fondo de esas personas no había ni fe, ni Evangelio, ni nada”. “‘Un cristiano que abusa’, esa frase esconde una contradicción en sí misma. Es decir, si ya dio el paso del abuso, esto de cristiano era etiqueta”, expresó.

Por ello, dijo que “la principal contribución de todo bautizado para llegar a excluir definitivamente el horror de los abusos es asumir con seriedad, con perseverancia, su crecimiento en la vida cristiana, su encuentro con Cristo, su asimilación del Evangelio como estilo de vida”.

Las víctimas piden a la Iglesia que las escuche

Durante este tiempo, Mons. Bacci ha tenido la oportunidad de conversar con algunas víctimas de abusos, una experiencia que considera necesaria “para adoptar la mirada adecuada” y ser “compañero en el dolor de las víctimas”.

Para estas personas, dijo, es importante sentirse escuchadas por la Iglesia Católica.

“Quieren que se les crea. Quieren que haya un camino de reparación integral que pasa, primero, por el reconocimiento de su dolor y por la certeza de que, si la Iglesia está verdaderamente interesada en acompañarlas, también se empeña en que esto no se repita más”, señaló.