MADRID,
Calificado de “símbolo de fraternidad y vertebradora de una conciencia europea a través de los siglos”, el Camino de Santiago fue galardonado en Oviedo con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2004.
En el acta del jurado, hecha pública por su presidente, Vicente Álvarez Areces, jefe del Gobierno asturiano, se destacó también que el Camino de Santiago es “lugar de peregrinación y de encuentro entre personas y pueblos” y se felicitó por el “gran acierto de la decisión” que, a su juicio, reconoce que “es también un símbolo de convivencia y de encuentro entre personas y culturas que han configurado la Europa actual”.
Según se informó, desde las primeras votaciones de los miembros del jurado de los Príncipes de Asturias, el Camino de Santiago se perfiló como la candidatura con más posibilidades de alzarse con el Premio entre las treinta y nueve presentadas.
El premio fue recibido por responsables de todas las Comunidades Autónomas por las que discurren las rutas jacobeas, abiertas tras el descubrimiento de la tumba del Apóstol, en el siglo IX.
Por su parte, el Arzobispo de Santiago, Mons. Julián Barrio, destacó el sentido europeísta del Camino al subrayar, siguiendo a Goethe, que “Europa nació peregrinando”, para argumentar que “las raíces europeas se encuentran en el cristianismo que asentó los valores comunes de referencia en todos los países miembros de la Unión Europea”.