MADRID,
El Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, Mons. Fernando Sebastián, rechazó la intención del Ejecutivo español de gobernar con leyes laicistas y señaló que tal propósito puede discriminar a los católicos y “supone un retroceso a tesis y formas ya superadas".
El Arzobispo duda que las leyes que el Gobierno anuncia como "progresistas, laicas y modernas" cumplan con estas características. "Tan moderna es la bomba atómica como la Sociedad de Naciones", dice Mons. Sebastián, afirmando que mejor sería promover "leyes inteligentes, prácticas, justas, capaces de favorecer verdaderamente el bien auténtico y general de los españoles".
En su carta pastoral “El laicismo que viene”, el Prelado sostiene que el propósito de elaborar leyes que no incluyan ni referencias a Dios, ni a la ley divina, ni a la fe de ciudadanos o no tengan en cuenta las exigencias de la moral natural o los valores absolutos, "sería tanto como anunciarnos leyes discriminatorias, que se ajustan a la mentalidad de unos y no tienen en cuenta la mentalidad de otros, que favorecen a los que no creen en Dios e ignora a los que sí creen en Él y quieren vivir de acuerdo con su voluntad".
Mons. Sebastián critica que los gobernantes prescindan de cualquier referencia religiosa en las leyes y en la configuración de relaciones sociales. "Quieren una España laica, en la que la religión sea, a lo más, una afición privada de algunos ciudadanos, tolerable sólo en la medida en que no pretenda aparecer ni ser tenida en cuenta en la vida pública, en las leyes, en la cultura, en los comportamientos, en los usos y costumbres, en los criterios morales y normativos de nuestras conductas", censura.
El Prelado critica que algunos partidos políticos quieran tratar a las personas religiosas como agnósticos o convencerles de su ateísmo: "Si en España hay 30 millones de ciudadanos que creen en Dios, ¿es justo que a la hora de legislar no tengan en cuenta nuestras creencias y sí tengan en cuenta únicamente las creencias de los demás? Eso no es gobernar para el bien de todos".
A juicio del Arzobispo, los parlamentarios "no son creadores del bien" y no pueden legislar "como les convenga si quieren ser justos". "Sin el respeto al orden moral objetivo la mejor democracia degenera en tiranía", sostiene en su misiva.