Al interno del Sínodo la recomendación es unánime. La redacción del documento final —que será entregado al Papa Francisco— debe “ser comprensible para el Pueblo de Dios. Hay una gran atención de los miembros del Sínodo para que el documento sea comprensible para todos”, reiteró el prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, durante la rueda de prensa del 16 de octubre.
Las conclusiones de los debates en el Sínodo —que para muchos no expertos, y no sólo, pueden parecer vagas— deberán por tanto plasmarse en blanco y negro y redactarse en el documento final —y este es el compromiso de los participantes— de la forma más accesible y clara para todos.
Sobre este tema habló también el P. Darío Vitali, coordinador de los expertos teólogos. “En un camino de Iglesia a la escucha del Espíritu el elemento decisivo es el del consenso, y corresponde a los teólogos la tarea de reconocer el tipo de consenso que va madurando y que debe entregarse, para que el texto final sea coherente con el camino que el Espíritu le está indicando a la Iglesia”.
“A partir de esta asamblea —añadió— ha comenzado un trabajo de colaboración entre los teólogos que acompaña todos los trabajos sinodales”.
El P. Vitali también abordó el tema de las competencias doctrinales de las distintas conferencias episcopales.
Indicó que en el futuro no podrán “formular dogmas”, pero podrán “adecuar el lenguaje al consenso en el que se encuentran y ofrecer respuestas a los problemas que surjan en ese contexto”.