El Papa Francisco pronunció durante la Audiencia General celebrada este miércoles en la plaza de San Pedro del Vaticano su novena catequesis sobre el Espíritu Santo y expresó su deseo de que se reconcilien las diferencias con los cristianos ortodoxos y los protestantes.
En su alocución, el Pontífice ha dado por superada la controversia conocida como Filioque sobre la procedencia del Espíritu Santo del Padre y del Hijo “que fue el motivo (o el pretexto) de muchas disputas y divisiones entre la Iglesia de Oriente y la de Occidente”.
En este sentido, destacó que las diferencias entre la Iglesia Católica de Oriente y de Occidente por esta cuestión “ha perdido la dureza del pasado y permite esperar una plena aceptación mutua, como una de las principales ‘diferencias reconciliadas’”.
“Superado este escollo”, dijo, “podemos valorar la prerrogativa más importante” sobre el Espíritu Santo, que es su condición de “vivificador”. Así, el Papa Francisco ha considerado que “la noticia grande y consoladora para nosotros” consiste en que “la vida que nos da el Espíritu Santo es la vida eterna”.
En consecuencia, señaló que “la fe que nos libera del horror de tener que admitir que todo termina aquí, que no hay redención para el sufrimiento y la injusticia que reinan soberanas en la tierra”.