ROMA,
Una joven comunidad monástica denominada la Fraternidad de Jesús, ha reemplazado a los benedictinos en el cuidado de la basílica romana de San Pablo de Extramuros y ahora procura devolverle su esplendor como uno de los templos más emblemáticos del catolicismo mundial.
Según informó el vaticanista de L’Esspreso, Sandro Magister, la Basílica –segunda tras San Pedro en la lista de las más grandes iglesias de Roma y el mundo- había perdido su importancia y prestigio.
“Los monjes benedictinos que trabajaban ahí no superaban la docena, tenían una edad cada vez más avanzada y estaban muy desgastados, las Misas estaban medio desiertas, el territorio del templo había sido desmembrado y anexado a las parroquias adyacentes”, señaló Magister.
El vaticanista sostiene que la Santa Sede ha llegado a la conclusión de que para revitalizar la Basílica urgía reemplazar a los monjes y los elegidos son una nueva y joven comunidad monástica con muchas vocaciones.
La Fraternidad de Jesús fue establecida en un terreno de ocho acres cerca de Castelli Romani, entre Lanuvio y Velletri, en Roma, con una torre y unas cuantas cabañas antiguas. No tienen abadía ni convento, su iglesia es una gran tienda y sus celdas son casas prefabricadas que sirvieron a las víctimas del terremoto que en 1976 sacudió Friuli.
Según Magister, en esta comunidad es evidente “el sello de San Benedicto y San Bernardo, los padres del monaquismo occidental, comenzando por el nombre que dieron a su lugar: Vallechiara. Como en Claraval y en todas las grandes abadías medievales, estos nuevos monjes también cultivan la tierra”.