Al buscar Fruto del Madero en las redes sociales, rápidamente se puede ver que se trata de un grupo de música católica de Colombia, con una fuerte devoción a la Virgen María. Sin embargo, basta asomarnos a su testimonio para descubrir que detrás de las melodías hay mucho más: una verdadera historia de amor fundada en el Santo Rosario, que se traduce en numerosas actividades.
Actualmente, y con un grupo de aproximadamente 30 jóvenes —la mayoría de ellos profesionales que responden al llamado de “estar en el mundo sin ser del mundo”— la comunidad de Fruto del Madero, además de ofrecer conciertos organiza rosarios semanales, adoraciones, retiros, jornadas de misión, vigilias, talleres y hasta ciclos de preparación al sacramento de la Confirmación.
Estos son, justamente, los “frutos”, pero se podría decir que quien puso la semilla fue la Virgen María cuando, hace más de diez años, entró en la vida de Tomás Romero.
Tomás era un adolescente al que sus padres llevaban semanalmente a rezar el Rosario, una actividad que, según sus propias palabras, realizaba por obligación. Estos encuentros eran organizados por Felipe Gómez, cantautor católico y padre de familia, y cada semana se enfocaban en un tema.
En una oportunidad un tema llamó la atención de Tomás: iban a hablar sobre el tercer secreto de Fátima. “Fuimos, me acuerdo que había una tiendita, compré un rosario, sin saber mucho más. Me confesé, y cuando Felipe empezó a orar, yo empecé a sentir en mi corazón algo que nunca había experimentado, como una disposición. Más que algo místico, era un querer estar presente en ese encuentro”, detalla el joven a ACI Prensa.