Para el Obispo de Phoenix, Mons. James Olmsted, el mundo tiene un profundo anhelo de comunión con Cristo y una evidencia de esto es el éxito de taquilla de la película “La Pasión de Cristo” de Mel Gibson.
La cinta es solo otro medio que usa el Señor para conducir a su feligresía a ser “más intensamente eucarística”, señaló el Obispo en la columna que escribe en el periódico diocesano de Phoenix.
El Obispo aclaró que la Pasión de Cristo no es solo el nombre de una película exitosa o un hecho ocurrido hace dos mil años. La Pasión “sigue presente en la Iglesia cada vez que celebramos la Eucaristía. Por eso es que la celebración eucarística suele ser llamada el Santo Sacrificio de la Misa”, explicó.
Mons. Olmsted agregó que “cuando tenemos el asombroso privilegio de participar en el sacrificio eucarístico, no solo estamos recordando un evento que ocurrió a Jesús. En la sagrada liturgia, somos uno con Cristo en su Cruz y Resurrección”, agregó.
El Obispo señaló que Jesús “sigue ofreciendo por toda la eternidad este sacrificio de amor al Padre como culto perfecto y alabanza y como expiación por los pecados del mundo. Cuando participamos en la Eucaristía, nos unimos a Cristo en este sacrificio único y eterno”.
Mons. Olmsted recordó que para los católicos es importante participar en Misa “porque es ahí donde se encuentra el coraje para mantenerse fieles, la fortaleza para el amor sacrificado y el deseo de tomar nuestra cruz cada día y seguir a Jesús”.