Su cumpleaños número 90 encuentra al Cardenal Luis Villalba en el pleno ejercicio de su ministerio. Sacerdote desde hace 64 años, con 40 de obispo y una década como miembro del Colegio Cardenalicio, asegura: “No le sacaría nada a mi vida” y enumera 3 momentos clave en su camino.
Nacido en Buenos Aires el 11 de octubre de 1934, su ministerio episcopal lo llevó a Tucumán, donde ya retirado reside con su hermana mayor y atiende la comunidad de la Santa Cruz, donde celebra Misa, escucha confesiones, visita a los enfermos y ofrece catequesis.
En el día a día se lo puede ver rezando en el templo, sentado en el confesionario, preparando el altar, y en la puerta bendiciendo a los fieles.
“Estoy pasando un momento lindo de mi vida, ya al término”, reconoció en la víspera de su cumpleaños 90.
El primero de los hitos que recordó tiene que ver con sus años como superior en el seminario, cuando en 1968 y fruto del Concilio Vaticano II, regresó de Roma y tuvo a cargo el primer introductorio —la etapa inicial de formación al sacerdocio— del país, “no sé si del mundo”.
En segundo lugar, mencionó “los casi 11 años que pasé en la parroquia Santa Rosa de Lima, uno de los momentos más lindos de mi vida”. El templo está ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, entre los barrios de Once y Congreso y es “una parroquia con mucho dinamismo”, aseguró.