MADRID,
Con el establecimiento de un “protocolo” de actuación elaborado en acuerdo con las autoridades judiciales, el hospital universitario de Groningen, dio el primer paso para la legalización de la eutanasia infantil en Holanda, convirtiendo en muy remota la posibilidad de que los médicos puedan ser acusados de asesinato.
El protocolo para la eutanasia infantil es parecido al procedimiento que marca la ley para los adultos, con la exigencia de una segunda opinión independiente y la certificación de que se cumplen todas las condiciones médicas, salvo, claro está, la voluntad expresa del infante.
Según relata el diario ABC de Madrid, el protocolo “aunque no tiene fuerza de ley y, por lo tanto, no exime completamente a los médicos que realicen tales prácticas de eventuales persecuciones judiciales, el hecho de que haya sido redactado de acuerdo con las autoridades judiciales aporta una mayor seguridad jurídica a los facultativos que asuman esta opción a petición de los padres”.
Al referirse a los casos en que los padres piden poner fin al sufrimiento de sus hijos víctimas de alguna enfermedad incurable y de seguro fatal desenlace, el doctor Eduard Verhagen, jefe del servicio de pediatría del Hospital Universitario de Groningen, declaró que “actualmente, los médicos sólo pueden decepcionar a estos padres cuando éstos les piden que pongan fin a la vida de su hijo. Y el facultativo se expone a ser acusado de asesinato”.
Una solución errónea
Sin embargo, otros sectores médicos manifestaron estar en completo desacuerdo con el protocolo y la intención de que se convierta en ley nacional. Así, la doctora Diny van Bruggen, considera que ésta es una solución falsa a un problema real.