Un nuevo informe detalla los esfuerzos del Partido Comunista Chino (PCCh) para “ejercer un control total” sobre la Iglesia Católica y otras confesiones religiosas dentro de sus fronteras y para “erradicar por la fuerza los elementos religiosos” que el partido considere contrarios a su programa político y normativo.
El análisis, publicado por la Comisión de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF, por sus siglas en inglés) la semana pasada, afirma que la política de “sinización de la religión” del PCCh viola sistemáticamente el derecho internacionalmente protegido a la libertad de religión. El término sinización significa adaptar algo a la cultura china, pero la política esencialmente subordina las creencias a “la agenda política del PCCh y la visión marxista de la religión”, asegura el informe.
Según el informe, las autoridades chinas han ordenado la retirada de las cruces de las iglesias y han sustituido las imágenes de Cristo y de la Virgen María por imágenes del presidente Xi Jinping. También han censurado textos religiosos, han obligado a los miembros del clero a predicar la ideología del PCCh y han ordenado la exhibición de consignas del PCCh en las iglesias.
Para subordinar las religiones al partido, el gobierno obliga a los grupos religiosos a inscribirse en diversas “asociaciones religiosas patrióticas” y sus filiales locales. Para las iglesias católicas, esto significa inscribirse en la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica en China, que oficialmente está bajo el control de la Administración Estatal de Asuntos Religiosos de China y del Departamento de Trabajo del Frente Unido del PCCh.
Según el informe, todo aquel que practica una religión fuera de las asociaciones aprobadas por el Estado es considerado miembro de una “secta” y está sujeto a las disposiciones antisectas de la legislación china, una política que ha dado lugar a detenciones y encarcelamientos masivos. Las autoridades chinas han aplicado las disposiciones antisectas contra los católicos clandestinos que no reconocen la autoridad del clero respaldado por el gobierno y la distorsión de la fe.
El comisionado de la USCIRF, Asif Mahmood, dijo a CNA —agencia de noticias en inglés de EWTN News— que el PCCh considera que los católicos clandestinos son una amenaza porque no reconocen la supuesta autoridad del gobierno “para dictar la doctrina religiosa y regular los asuntos religiosos”.