El Papa Francisco concede la Rosa de Oro a la Virgen de la Macarena, símbolo de devoción en Sevilla

El Hermano Mayor de la Hermandad de la Macarena, José Antonio Fernández Cabrero, expresó a ACI Prensa la “satisfacción” que supone esta condecoración, no sólo para los 17.000 miembros de esta “universal hermandad”, sino también “para toda Sevilla”.

La solicitud de esta distinción se presentó a través de un detallado expediente en el que la Junta de Gobierno de la Hermandad, junto a diferentes expertos en historia o antropología, trabajaron durante seis años “con dedicación y esperanza”.

“Es un regalo de la Virgen por mano de Su Santidad, que es quien nos lo otorga gracias a la mediación y el interés del Arzobispo José Ángel Saiz Meneses, que presentó el expediente que elaboramos con esfuerzo y cariño”, precisó Fernández. 

José Antonio señaló además que la Rosa de Oro debe incrementar, si es posible, la devoción a la Virgen, y otorgarles esperanza “en momentos de desesperanza”.

También afirmó que este “regalo” del Papa Francisco, que reciben con humildad, podrá ayudar a los fieles a ser “mejores y más caritativos”.

El encargado de llevar esta condecoración hasta Sevilla el próximo mes de diciembre, en el marco del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, será el Arzobispo Mons. Edgar Peña Parra, sustituto para los asuntos generales de la Secretaría de Estado del Vaticano. 

Según explicó José Antonio a ACI Prensa, la Rosa de Oro estará siempre “donde pueda ser contemplada” y junto a la Virgen, ya que es un "regalo para Ella".

Respecto al evento, señaló que debe ser acorde “a la importancia de la concesión” y que se realizará con “la elegancia, categoría y humildad que exige la Virgen”, así como con la “sencillez y el orgullo que merece Sevilla”.

Cabe destacar que esta será la tercera Rosa de Oro que recibe España, después de la Virgen de la Cabeza y la Virgen de Montserrat. 

Sin embargo, según precisó Fernández, se trata de la primera Virgen Dolorosa que recibe esta condecoración y también es la primera vez que se entrega “a una Virgen que no es patrona”, ya que la de Sevilla es la Virgen de los Reyes.