Durante siglos, los cristianos han atribuido una fecha del siglo I al Sudario de Turín. El ingeniero nuclear Robert Rucker dice que su última investigación sobre el sudario lo verifica.
“El Sudario de Turín es la segunda posesión más valiosa de la humanidad después de la propia Biblia”, dijo Rucker a CNA —agencia en inglés de EWTN News—. El sudario se conserva actualmente en la Capilla del Santo Sudario, adyacente a la Catedral de San Juan Bautista en Turín (Torino), Italia.
Durante más de 10 años, Rucker ha estudiado la física de la desaparición del cuerpo de Jesús y su impresión en el sudario. Su sitio web, Shroud Research, desafía las conclusiones que afirman que el sudario data del período de 1260 a 1380 d.C., lo que lleva a los escépticos a concluir que es una falsificación medieval.
En 1988, los científicos utilizaron pequeñas muestras cortadas del sudario para determinar la cantidad de isótopos de carbono 14 que contenían, destruyendo las muestras en el proceso. El isótopo radiactivo de carbono 14 es una variante del carbono que contiene neutrones en exceso, que son partículas más pequeñas que los átomos. Con el tiempo, el carbono 14 se descompone en nitrógeno 14 en materiales orgánicos como huesos y materia vegetal. La proporción de átomos de carbono 14 que permanecen en una muestra proporciona los datos necesarios para estimar la edad de la muestra.
Rucker dijo que sus cálculos muestran que la datación por carbono 14 de 1988 es errónea porque no tiene en cuenta la radiación emitida por el cuerpo de Jesús en la resurrección, que incluía neutrones que fueron absorbidos por el sudario y formaron nuevos átomos de carbono 14, lo que lleva a una mala interpretación de los datos.