El huracán Helene tocó tierra en la región escasamente poblada de Big Bend, en Florida (Estados Unidos), el jueves por la noche como categoría 4, provocando una marejada ciclónica de casi 3 metros en algunas áreas, dejando sin electricidad a millones de personas y causando al menos 21 muertes.
Debilitándose a tormenta tropical sobre tierra, Helene continúa a partir del viernes causando inundaciones y vientos dañinos tierra adentro de Georgia, Alabama y las Carolinas.
Los más afectados por la tormenta fueron los condados de la Diócesis de Pensacola-Tallahassee, que publicó en su sitio web que la tormenta afectó más directamente a las parroquias católicas de los condados de Taylor, Jefferson, Madison, Wakulla y Franklin. La diócesis pidió a las personas de buena voluntad que consideren hacer una donación para ayudar en las reparaciones de las parroquias.
Además, la diócesis dijo que Catholic Charities del Noroeste de Florida está aceptando donaciones para ayudar con los esfuerzos de socorro en la región del Panhandle.
“Primero rezamos por las personas que han perdido la vida en esta tormenta y por aquellos que lloran su pérdida. Concédeles, Señor, el descanso eterno y que la luz perpetua brille sobre sus rostros”, dijo la diócesis.
La Diócesis de San Petersburgo, que incluye las ciudades del golfo de Tampa y Clearwater, dijo que las oficinas diocesanas y todas las escuelas católicas permanecerán cerradas el 27 de septiembre. Los empleados de la diócesis trabajarán de forma remota para realizar evaluaciones de daños y mantener las operaciones, indicó.