Los cristianos en el suroeste de Arabia, y específicamente en Adén, una ciudad portuaria ubicada en Yemen, tienen una historia profundamente arraigada que se remonta al siglo IV. A pesar de la persecución a lo largo de los siglos, la fe cristiana continuó prosperando y expandiéndose, convirtiéndose en la religión más extendida en Adén antes del advenimiento del islam. Sin embargo, con el auge del pensamiento religioso extremista, la minoría cristiana ha enfrentado dificultades.
Badr, una mujer católica yemení nacida en la década de los 80 y residente en Adén, habló recientemente sobre la difícil situación de los cristianos en esa región con ACI Mena, la agencia en lengua árabe del Grupo ACI.
Deseando permanecer en el anonimato, explicó: “No me di cuenta de que nosotros, como cristianos, éramos una minoría hasta que llegué a la escuela secundaria. Allí, experimenté grandes desafíos relacionados con mi fe y la pérdida de nuestros derechos”.
Continuó: “Aunque algunas pequeñas iglesias fueron nacionalizadas en la década de 1970, los cristianos mantuvieron el derecho a la educación en las escuelas y a trabajos en el gobierno antes de 1994. Las mujeres disfrutaban de la libertad de vestirse como deseaban, y a nivel religioso se nos permitía rezar en iglesias que no pagaban impuestos, al igual que las mezquitas. El estado también proporcionaba visados y estatus de residencia a sacerdotes extranjeros. Nadie nos presionaba para cambiar de religión”.
Sin embargo, Badr señaló que todo eso cambió cuando los Hermanos Musulmanes (o Hermandad Musulmana) llegaron al poder.
“Nos obligaron a usar el hiyab”, contó a ACI Mena. “El gobierno nos prohibió oficialmente celebrar la Misa de medianoche en Navidad y la víspera de Año Nuevo. Los cristianos aceptaron la situación y no alzaron la voz. Algunos emigraron, otros cambiaron de religión, temiendo perder sus hogares y empleos. Muchos practicaban su fe a puertas cerradas en una época en la que la Iglesia no apoyaba a los jóvenes ni trabajaba en fortalecer a las familias”.