Un grupo de monjas carmelitas en Arlington, Texas (Estados Unidos), anunció este mes que a partir de ahora se asociarán con la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX), un grupo tradicionalista que no está en plena comunión con la Iglesia Católica y tiene un estatus canónicamente irregular.
Las monjas han estado en el centro de una considerable controversia desde el año pasado después de que la Diócesis de Fort Worth iniciara una investigación sobre la supuesta conducta sexual inapropiada de la reverenda madre superiora de la orden.
Las monjas desafiaron un decreto del Vaticano sobre el gobierno de su monasterio y solicitaron una orden de restricción contra Mons. Michael Olson, obispo de Fort Worth. El rechazo de las monjas a la autoridad “es escandaloso y está impregnado del olor del cisma”, dijo Mons. Olson la semana pasada.
Los líderes eclesiásticos han argumentado en ocasiones lo mismo sobre la FSSPX, una controvertida fraternidad de sacerdotes conocida por su estricta celebración tradicional de la Misa en latín y su oposición a las reformas del Concilio Vaticano II.
El principio animador del grupo “es el sacerdocio, todo lo que atañe a él y nada más que lo que le concierne a él”, dice la FSSPX en su sitio web. El grupo fue fundado en 1970 por el arzobispo Marcel Lefebvre, un prelado francés que fue un agudo crítico de muchos de los cambios provocados por el Vaticano II.
Además de las revisiones modernas de la Misa, Lefebvre también se opuso al “ecumenismo, un punto de vista que consideraba a todas las religiones como beneficiosas y válidas, y a la colegialidad, que insistía en que la Iglesia fuera gobernada principalmente por el proceso democrático y las conferencias episcopales”, según el sitio web del grupo.