Los obispos españoles piden, en un mensaje con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que “no los idealicemos, pero tampoco los despreciemos. No son mejores ni peores que nosotros: son ‘nosotros’”.
En el mensaje titulado Dios camina con su pueblo en sus comunidades acogedoras y misioneras, los prelados de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Española (CEE), los prelados llaman además a preservar la unidad en el seno de la Iglesia en torno a esta cuestión:
“Evitemos reduccionismos que, con la excusa de la legítima diversidad de opciones o visiones políticas, agrieten la comunión entre católicos y la comunión con los más empobrecidos, aquellos con quienes Cristo se sigue identificando”, señalan.
Además, recuerdan por otro lado que en la patria celestial “no habrá ya separación en función de nacionalidades, sino sólo en función de la pregunta: ¿has amado sin medida? ‘A mí me lo hiciste’”.
La Iglesia, fundada como “itinerante, diversa y abierta al mestizaje”
Estas conclusiones se ofrecen después de esbozar un retrato de la historia de la salvación en clave de “camino” y con la conciencia de que “la movilidad humana es una de las señas de identidad de nuestra época”.