El Papa Francisco ha aceptado la renuncia presentada por el Obispo de Tenerife (España), Mons. Bernardo Álvarez, el pasado 29 de julio, al cumplir 75 años. La Diócesis Nivariense queda en situación de sede vacante.
Así, según ha informado la diócesis canaria, “cesa la potestad de los vicarios generales y episcopales, y quedan disueltos el Consejo Presbiteral y el Consejo Diocesano de Pastoral, correspondiendo al Colegio de Consultores el gobierno de la diócesis hasta el nombramiento del administrador diocesano”.
Según detalla la diócesis, “la Santa Sede ha dispuesto que se proceda a la elección del administrador diocesano por parte de dicho organismo”, que ha sido convocado para este martes 17 de septiembre y está compuesto por un grupo de sacerdotes que tiene la misión de asesorar al obispo residencial de cada diócesis.
La diócesis nivariense recuerda que el pasado 4 de septiembre, cuando se cumplían 19 años de su consagración episcopal, Mons. Álvarez, afirmó: “Espero que, pronto, el Papa nombre a otro obispo porque estoy delicado de salud. Un obispo que sea capaz de pastorear esta diócesis con espíritu de servicio y de amor a todas las personas”.
“Les invito a rezar por mí para que el Señor me dé fortaleza y paciencia para afrontar la situación que estoy viviendo. También oremos los unos por los otros, por esta diócesis, para que el Señor nos mande un buen pastor”, añadió.
Nacido en 1949 en la localidad de Breña Alta (Isla de La Palma), Mons. Álvarez inició en 1967 estudios de arquitecto técnico hasta que dos años después ingresó en el seminario diocesano de Tenerife.