La bandera de México, con sus icónicos colores verde, blanco y rojo, ondea con orgullo durante el mes de septiembre, cuando el país conmemora un nuevo aniversario del inicio de la gesta de independencia. Este símbolo patrio tiene raíces profundamente católicas y representa la historia y valores de la nación.
El sacerdote católico Miguel Hidalgo y Costilla, el 16 de septiembre de 1810, proclamó el "Grito de Dolores" con un estandarte de la Virgen de Guadalupe, dando inicio a la lucha por la independencia de lo que entonces se conocía como Virreinato de la Nueva España. El proceso de independencia de México culminó el 27 de septiembre de 1821, con la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México.
Este ejército, bajo el liderazgo de Agustín de Iturbide, unió a las fuerzas insurgentes y realistas, y según el Plan de Iguala, defendía tres garantías: la fe católica, la independencia de México y la unión entre americanos y europeos.
De acuerdo con el sitio web del Gobierno de México, la bandera del nuevo imperio adoptó estos principios en sus colores: el blanco simbolizaba la fe católica, el verde la independencia y el rojo la unión.
El artículo señala que tras la caída de Iturbide en 1823, el Congreso Constituyente mantuvo los colores y su significado, pero realizó cambios como la eliminación de la corona del águila y la inclusión de ramas de laurel y encino, “símbolos republicanos”.