Tras abandonar el Centro de Retiros San Francisco Javier, el Santo Padre Francisco se trasladó en coche al Estadio Nacional en el Singapore Sports Hub para la celebración de la Santa Misa, donde afirmó que “al final la vida acaba por devolvernos a la única realidad, la de que sin amor no somos nada”.
A su llegada, el Papa Francisco recorrió el estadio en papamóvil y saludó a algunos de los cincuenta mil fieles que le recibieron con ovaciones. El Santo Padre se detuvo con ellos para intercambiar breves palabras y entregarles rosarios, especialmente a los niños.
A las 17.15 horas (hora local) el Papa Francisco presidió la Eucaristía correspondiente a la Memoria del Santísimo Nombre de María.