En la multitudinaria y colorida Misa que celebró en Papúa Nueva Guinea con una gran cantidad de asistentes con vestimentas tradicionales papuanas, el Papa Francisco destacó que lo realmente importante para cada fiel es abrirse a Dios y su Evangelio para superar la “sordera interior” y el “mutismo de corazón”.
El Papa salió de la nunciatura en Port Moresby y se dirigió al Sir John Guise Stadium, adonde llegó alrededor de las 7:40 a.m. (hora local) del domingo 8 de septiembre y realizó un breve recorrido en un carrito de golf para saludar a los fieles presentes quienes rezaban el Rosario en inglés.
El Santo Padre presidió luego la Eucaristía ante unos 35.000 fieles presentes en un ambiente de fiesta, muchos de los cuales viajaron largas distancias para poder estar en esta Misa, que el Pontífice celebró también en inglés desde las 8:02 (hora local), en el día en que la Iglesia celebra la fiesta de la Natividad de la Virgen María.
Junto a la procesión de entrada de los obispos y sacerdotes concelebrantes, un grupo de fieles locales realizó una danza típica, mientras los primeros se dirigían a sus lugares.