PARIS,
Al conmemorar el 60º aniversario de la liberación de París de la ocupación nazi, el Arzobispo de París, Cardenal Jean-Marie Lustiger, pidió que se escuche "el susurro de los hambrientos que se vuelven hacia los pueblos saciados" y el de "los pueblos sin libertad que llaman a los pueblos libres".
El Purpurado lanzó este llamado durante la Misa solemne que concelebró en la Catedral de Notre-Dame junto con el Nuncio Apostólico en Francia, Mons. Fortunato Baldelli y los Arzobispos de Washington, Westminster, Berlín y un enviado especial del Arzobispado de Ottawa.
En la celebración, a la que asistió el presidente francés, Jacques Chirac, además de diversas autoridades gubernamentales y de la ciudad, el Cardenal Lustiger subrayó que Francia debe "compartir con los pueblos de Europa y del mundo" este "tesoro de la civilización".
La Misa fue celebrada en homenaje a los combatientes de la división del general Leclerc, la primera de las tropas aliadas en entrar en la capital francesa el 25 de agosto de 1944.
Durante la celebración resonó el "Magnificat", el mismo cántico que se entonó al día siguiente de la liberación, cuando Charles De Gaulle, acompañado por Leclerc y los jefes de la Resistencia, entró en la Catedral de Notre-Dame tras su desfile triunfal en los Campos Elíseos.
Antes de la Misa, una ceremonia de diferentes confesiones religiosas reunió, en la explanada del templo gótico, a representantes de la comunidad judía, musulmana y protestante, credos a los que pertenecían los soldados que liberaron la capital francesa.