En su segundo día en Papúa Nueva Guinea, el segundo país que visita en el marco de su viaje de 11 días a Asia y Oceanía, el Papa Francisco se reunió este sábado 7 de septiembre (hora local) con las autoridades, miembros de la sociedad civil y el cuerpo diplomático. En el encuentro, se dirigió a los cristianos, exhortándoles a no reducir “jamás la fe a una observancia de ritos y preceptos”, y recordándoles que esta consiste “en amar y seguir a Jesucristo”.
En el encuentro, sostenido en la APEC Haus de Port Moresby, la capital del país, el Santo Padre destacó la “extraordinaria riqueza cultural” de Papúa Nueva Guinea, un país en el que, recordó, “se hablan más de ochocientas lenguas, correspondientes a otros tantos grupos étnicos”.
“Les confieso que se trata de un aspecto que me cautiva mucho, también a nivel espiritual, porque imagino que esta enorme variedad sea un desafío para el Espíritu Santo, que crea la armonía de las diferencias”, expresó.
“Un desarrollo sostenible” en Papúa Nueva Guinea
Pero además, indicó, el país “también es rico en recursos de la tierra y de las aguas”, y subrayó que “estos bienes están destinados por Dios a toda la colectividad y, aunque para su explotación sea necesario recurrir a competencias más amplias y a grandes empresas internacionales, es justo que se tenga debidamente en cuenta en la distribución de los ingresos y la utilización de la mano de obra las necesidades de las poblaciones locales, de manera que se produzca una mejora efectiva de sus condiciones de vida”.
A continuación, el Papa resaltó el desafío que “compromete a todos, gobernantes y ciudadanos juntos”, para trabajar en “un desarrollo sostenible y equitativo”.