El Obispo de Holguín, Mons. Emilio Aranguren, define a la Iglesia en Cuba como activa, pobre, sinodal y esperanzada durante la presentación de una campaña de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) en España.
“La Iglesia en Cuba es una Iglesia viva, es una Iglesia unida, es también una Iglesia pobre” que a lo largo de los años “ha ido haciendo su propia espiritualidad” basada en el valor de lo poco, lo pequeño, lo anónimo y el valor del poco a poco, que su juicio “permanece activa, creativa también” y que sobre todo se caracteriza por ser “una Iglesia esperanzada”.
Así ha iniciado Mons. Aranguren, que también es presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, la semblanza sobre la Iglesia que peregrina en la isla caribeña, de la que también ha afirmado que es “una Iglesia que sufre”, en particular por “el éxodo de tantos cubanos hacia el extranjero”, entre los que se encuentran sacerdotes y diáconos, puntualizó.
Por otro lado, el prelado destacó que la Iglesia en Cuba es sinodal “no a partir de la invitación que nos está haciendo el Papa Francisco”, sino desde hace años debido a que el sometimiento al régimen comunista “la retrajo al carecer de todas sus instituciones y limitarse solamente a las comunidades cristianas” como únicos espacios de evangelización.
“Hemos tenido siempre este tipo de experiencia donde estamos constantemente escuchando, donde estamos constantemente compartiendo”, puntualizó Mons. Aranguren, y en la que están implicados los laicos, “no solamente en su campo específico en lo social, sino también en el campo interior de la comunidad, en el ejercicio de los diferentes ministerios”.
En este sentido, subrayó que “nuestra Iglesia, por la fuerza del Espíritu Santo y también por la necesidad que hemos tenido, está abierta a los ministerios laicales desde hace años”.