Como católico que vive en el país musulmán más grande del mundo, Baso Darmawan no duda en hacer la señal de la cruz antes de rezar en un restaurante en la bulliciosa capital de Yakarta, capital de Indonesia.
Darmawan señala que conoce personalmente a muchos indonesios que se han convertido del islam al catolicismo, incluido su propio padre. Dijo a CNA —agencia en inglés de EWTN News— que vivir junto a sus vecinos musulmanes en Bogor (Indonesia) también puede ser un recordatorio diario de la fe.
“Con los musulmanes rezando cinco veces al día, a veces yo utilizo su llamado a la oración como un recordatorio para rezar el Ángelus o la Liturgia de las Horas porque el tiempo es similar a nuestros momentos de oración”, comentó.
Indonesia, el cuarto país más poblado del mundo, alberga más musulmanes que cualquier otro. Aunque el 87% de la nación es musulmán, 29 millones de cristianos también están dispersos en las 17.000 islas del vasto archipiélago.
Mientras el Papa Francisco visita Indonesia esta semana, la delicada y compleja relación entre las comunidades musulmana y católica del país estará en el centro de atención.
En la ciudad capital, Yakarta, la mezquita Istiqlal está ubicada frente a la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción. Los edificios incluso comparten un estacionamiento. Muchos indonesios, incluidos los católicos locales, señalan esto como un signo de la tolerancia religiosa y la coexistencia pacífica del país.