En el oriente de Venezuela, “la devoción a la Virgen del Valle es algo capilar, está en el ADN de la gente”, expresó Mons. Fernando Castro, Obispo de la diócesis de Margarita. Este 8 de septiembre se celebra en Venezuela a Nuestra Señora del Valle del Espíritu Santo, una de las advocaciones marianas más importantes del país.
Desde la Basílica Menor de Nuestra Señora del Valle, ubicada en la localidad de El Valle del Espíritu Santo, un pueblo en el corazón de la isla de Margarita —la más grande del estado insular de Nueva Esparta— Mons. Castro conversó con ACI Prensa acerca del inicio de las festividades y la importancia que tienen, ante un panorama tan complicado como el venezolano.
Desde 1911, la Virgen del Valle es patrona de la región oriental de Venezuela, de los pescadores y de la Armada Venezolana. Cada año, miles de peregrinos acuden a la Basílica para venerar a la Santísima Virgen, cuya imagen llegó a las costas del país en el siglo XVI.
“Donde hay un oriental, ahí está la Virgen del Valle. Es algo muy bello, porque es un hilito que sostiene la fe de mucha gente y, sobre todo, crea esperanza en Jesucristo. Esperanza en que podemos ser mejores, que en el fondo es el gran legado de Dios en nuestros corazones”, señaló Mons. Castro.
El obispo resaltó la devoción incondicional del neoespartano a su Virgen y destacó que “es un gran don” para todo el oriente, especialmente en estos tiempos en los que Venezuela está tan necesitada de paz y unidad. “María nos va a ayudar a que con Jesucristo seamos apóstoles de la paz”, añadió.