A 3.000 metros sobre el nivel del mar, Ayquina, un pequeño poblado en la región chilena de Antofagasta donde sólo habitan alrededor de 50 personas, ve alterada su habitual calma por la llegada de miles de peregrinos que el próximo fin de semana asistirán a las celebraciones en honor a la Virgen de Guadalupe.
La tradicional fiesta religiosa es una de las más importantes del norte de Chile, con un estimado de 70.000 devotos que llegan desde distintas partes del país para honrar a la Virgen, comúnmente llamada “Chinita de Ayquina”, cuya fiesta central se celebra el 8 de septiembre.
Las actividades duran varios días, en los que se desarrollan diferentes celebraciones a cargo de la Iglesia diocesana de San Juan Bautista de Calama.
Este fin de semana, los jóvenes de la diócesis participaron de la peregrinación juvenil junto al Obispo local, Mons. Tomás Carrasco Cortés, y en preparación a la Jornada Nacional de Jóvenes 2025 que tendrá lugar en La Serena.
En ese marco, el prelado celebró la Misa en el desierto y comparó el camino hacia el Santuario de Guadalupe, con el camino de Cristo hacia el Calvario, acompañado por la mirada amorosa de la Virgen.