Este 27 de agosto se celebra la fiesta de Santa Mónica, quien logró la conversión de su hijo San Agustín con muchas oraciones y lágrimas. Por ello les contamos lo que la santa hizo cuando fue tildada de borracha.
San Agustín, en su libro Las Confesiones narra que su mamá fue educada por una señora mayor que también había criado a su abuelo materno. Por lo que esta anciana era muy apreciada en la casa familiar también por sus “óptimas costumbres”.
La señora era muy cuidadosa en la formación con las niñas que tenía a su cargo, tanto así que para hacerlas reflexionar les advertía: “Ahora bebéis agua porque no podéis beber vino; mas cuando estéis casadas y seáis dueñas de la bodega y despensa, no os tirará el agua, pero prevalecerá la costumbre de beber”.
San Agustín señala que de esta manera la anciana buscaba conducirlas por el camino de la honestidad y refrenar en ellas lo que no les convenía.
No obstante, el santo indica que su madre le contó que siendo joven sus padres la mandaban a sacar vino de un contenedor y que ella poco a poco fue cayendo en la tentación de sorber un poquito con los labios hasta beber casi una copa llena.
Cierto día Mónica y una sirvienta, que solía acompañarla a la bodega, se pusieron a discutir y la criada le refregó en la cara este defecto llamándola “borrachina”. La joven se quedó tan consternada con este insulto que “comprendió la fealdad de su pecado, y al instante lo condenó y arrojó de sí”, afirma el santo.