Las principales confesiones religiosas presentes en Chile emitieron una declaración pública en la que consideran improcedente que una organización satanista obtenga reconocimiento por parte del Estado.
El comunicado llega luego de una petición presentada por la organización “Templo de Satán” al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, pidiendo reconocimiento legal como entidad religiosa.
A raíz de esto, referentes religiosos afirmaron que el satanismo es un fenómeno que no puede ser considerado como “iglesias, confesiones o instituciones religiosas”, ya que fomentan “el culto al mal y el intento de sustituir a la Divinidad”, en lugar de basar su actividad en la búsqueda “del bien y la virtud” a los que aspira la naturaleza humana.
El satanismo, precisan, “vincula a la persona y la sociedad con los bienes contrarios y específicamente, con el mal, la discordia y la división”.
“Más allá de las declaraciones y propósitos que puedan expresar sus adherentes, hay un hecho objetivo que contradice los valores fundamentales en los que se funda la convivencia social y democrática entre los hombres, como el bien común, la caridad social, el amor mutuo, la unidad entre todos los seres humanos, el servicio, la gratuidad”, expone.
En ese marco, se explica que el reconocimiento legal como confesión religiosa de una organización que fomenta el satanismo, atentaría contra el inciso primero del artículo 19 N.° 6 de la Constitución Política, que garantiza “la libertad de conciencia, la manifestación de todas las creencias y el ejercicio libre de todos los cultos que no se opongan a la moral, a las buenas costumbres o al orden público”.