Cada año, el 10 de agosto, la iglesia de San Joaquín y Santa Ana, situada en el centro del estado de Puebla, se llena de devotos que rinden homenaje a la imagen del “Niño Cieguito”, una figura del Niño Jesús conocida por sus ojos con “lágrimas de sangre” y los numerosos milagros que se le atribuyen.
El P. Ernesto Martínez Avelina, párroco del templo, compartió con ACI Prensa la historia de esta imagen, cuyos orígenes se remontan al año 1744. Según el relato del sacerdote, la figura fue originalmente parte del templo de la Virgen de la Merced en la ciudad de Morelia, en el estado mexicano de Michoacán, que era atendido por los sacerdotes mercedarios.
La tradición relata que el 10 de agosto de 1744, la iglesia estaba llena de fieles que acudieron a la Misa. Sin embargo, al caer la noche y cerrar las puertas del templo, un hombre se quedó escondido en su interior.
Este individuo, de acuerdo al sacerdote, albergaba “un sentimiento anticristiano, antirreligioso” y su intención “era profanar el lugar”. Un fraile, al escuchar el alboroto, lo confrontó y logró ahuyentarlo. No obstante, antes de huir, el hombre se dirigió al altar mayor y arrancó al Niño Jesús que la Virgen de la Merced sostenía en sus brazos.
La historia cuenta que el hombre comenzó a mutilar la pequeña figura de yeso. En ese momento, la imagen emitió un llanto que “resonó como el de un niño real”.
“Lejos de espantarse, lo que hace es que su odio aumenta y con un punzón le quita los ojos”, indicó el sacerdote, lo que provocó que la imagen “comenzara a llorar lágrimas de sangre”.