El Vaticano ha dado luz verde a la devoción vinculada a las presuntas apariciones de la Virgen María como Nuestra Señora de los Dolores en el Santuario de Chandavila en Badajoz, Extremadura (España), en 1945.
En una carta publicada el 22 de agosto titulada “Una luz para España” y dirigida al Arzobispo de Mérida-Badajoz, Mons. José Rodríguez Carballo, el Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el Cardenal Víctor Fernández, ha declarado el “nihil obstat” (nada obstaculiza), propuesto previamente por el arzobispo español.
Basándose en las nuevas normas para el estudio de las apariciones en la Iglesia Católica, el purpurado autoriza así la adhesión de los fieles a esta devoción y permite su difusión, aunque sin expresar “ninguna certeza sobre la autenticidad sobrenatural del fenómeno”.
¿Qué ocurrió en 1945 en Extremadura?
Según recuerda el purpurado en su misiva, las jóvenes Marcelina Barroso Expósito, de 10 años, y Afra Brígido Blanco, de 17, vivieron separadamente experiencias espirituales en la primavera de 1945.
Por un lado, Marcelina narró que, al principio, “veía una forma oscura en el cielo, que en otros momentos se fue perfilando más claramente como la Virgen de los Dolores, con manto negro cuajado de estrellas, sobre un castaño”.