El Cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, mostró preocupación por las decenas de miles de migrantes atraviesan la región del Darién hacia Norteamérica cada año, y recuerda cuál es la misión de la Iglesia Católica ante esta crisis humanitaria.
“Es interesante ver las lanchas que llegan una tras otra con gente de muchas partes del mundo. La cuestión no son los números; la cuestión es que hay que responder. No se debe dejar a la gente sin respuesta. Los números ya veremos cómo manejarlos. Lo que he visto está bien organizado, y es importante esta transición de la parte más difícil a los buses y al trayecto hacia el norte”, comentó el cardenal en una conferencia de prensa.
La autoridad vaticana pronunció estas palabras mientras se desarrolla el X Encuentro de Obispos y Agentes de Pastoral Migratoria en Panamá, que concluirá el 23 de agosto, con una visita al Centro de Recepción Migratoria en Lajas Blancas, Darién. Esta región, ubicada en la frontera entre Panamá y Colombia, es conocida por ser una de las rutas más duras y peligrosas para los migrantes que buscan cruzar de América del Sur a Centroamérica, en dirección a Estados Unidos.
Recientemente, el gobierno estadounidense ha financiado con unos 6 millones de dólares los vuelos de repatriación de migrantes que cruzan el Darién, quienes son principalmente venezolanos.
El Cardenal Czerny, al visitar el albergue para migrantes junto a obispos y sacerdotes, subrayó que hay que pensar mucho en las condiciones de los países de los que los migrantes están huyendo.
“Ayuda mucho pensar en las condiciones de las que ellos están huyendo y darse cuenta de que uno hubiera hecho exactamente lo mismo. No es algo extraño; es algo muy humano, muy normal y muy necesario cuando la vida se vuelve imposible, buscar otra alternativa”, sostuvo.