Los primeros misioneros católicos llegaron a Papúa Nueva Guinea apenas hace 70 años. En medio de un contexto donde la fe es tan reciente, el P. Martín Prado, que trabaja pastoralmente en el país, destacó las conversiones que se dan “a través de cosas muy sencillas que reflejan que es Dios quién está detrás”.
El Papa Francisco visitará Papúa Nueva Guinea como parte de un viaje apostólico que se desarrollará entre el 2 y el 13 de septiembre en Oceanía, y que también le llevará a Indonesia, Timor Oriental y Singapur.
En una entrevista con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés), el misionero del Instituto del Verbo Encarnado (IVE), que tiene 10 años en el país, explicó que la fe de los locales es como “una fe de niño” de la que logra aprender mucho. “Aquí los cristianos tienen una fe muy viva y sencilla”, precisó.
Sin embargo, el P. Prado aseguró que “aún persiste una fuerte influencia de la espiritualidad indígena”, lo que complica “una comprensión completa de la fe cristiana”. Muchos aún tienen un fuerte arraigo de sus tradiciones ancestrales, “que no son compatibles con el Evangelio”.
“Las creencias en espíritus y supersticiones todavía persisten y, a menudo, se mezclan con la fe católica. El trabajo del misionero es ayudar a que los cristianos puedan ver lo que no encaja del todo y así cambiarlo”, afirmó.