La educación de los niños en Gaza ha sido una prioridad para el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, párroco de la Iglesia de la Sagrada Familia, único templo católico de la zona, devastada por la guerra en curso entre Israel y el grupo terrorista Hamás, que controla la Franja de Gaza.
En un diálogo con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés), el P. Romanelli comentó que la situación en la zona es “malísima”, específicamente en la ciudad de Gaza. El sacerdote decidió regresar a su parroquia en mayo de este año, después de 7 meses de estar en Belén, donde se encontraba cuando estalló el conflicto en octubre de 2023.
“Empezamos a impartir clases a los niños con la ayuda de maestros, desde preescolar hasta primero de secundaria, enseñándoles al menos árabe, inglés, matemáticas y ciencias, pero tuvimos que suspenderlas porque caían muchos proyectiles cerca. Ahora hemos empezado de nuevo”, señaló el párroco.
“Lo que nunca hemos suspendido son la adoración, el rezo del Rosario o la Misa, y seguimos rezando por la paz”, precisó.
En ese sentido, representantes del Patriarcado Latino de Jerusalén (PLJ), circunscripción eclesiástica a la que pertenece la parroquia de Gaza, explicaron a ACN que quedan menos de 400 católicos en el territorio.
La parroquia de la Sagrada Familia alberga a 416 cristianos, entre católicos y ortodoxos, y además atiende a 63 niños con discapacidad gracias al apoyo de las Misioneras de la Caridad. Otros 204 ortodoxos se encuentran refugiados en un recinto adyacente a la parroquia.