El 16 de agosto se conmemora el cumpleaños de Don Bosco, quien solía celebrarlo el mismo día de la Asunción de la Virgen, cada 15 de agosto. Los relatos oficiales de los salesianos cuentan cómo el santo hizo una profecía sobre un milagro que iba a hacer la Virgen Asunta y que todo un pueblo presenció.
Las Memorias Biográficas (MB), conjunto de 20 tomos de la vida histórica de Don Bosco, narran que cierto día el santo se encontraba en la ciudad de Montemagno, al norte de Italia, acompañado del Beato Miguel Rua, quien fue su primer sucesor, y de Don Juan Cagliero, que luego llegó a ser el primer obispo y cardenal salesiano.
En ese entonces, los habitantes estaban desconsolados porque llevaban tres meses sin lluvia y toda la cosecha se había perdido.
Don Bosco, quien tenía el encargo de predicar en el Triduo a la Virgen Asunta, subió al púlpito y les prometió, “en nombre de la Virgen”, que si asistían a los sermones y se confesaban para recibir la comunión el día de la Asunción, entonces caería la lluvia.
Cuando regresó a la sacristía, el párroco lo felicitó por la valentía de hacer tal promesa. Pero Don Bosco no recordaba haber dicho eso. Al parecer “la Virgen había hablado por su boca”, indican las MB.
Los pobladores se convencieron tanto de la profecía que los penitentes acudieron en masa a los confesionarios y los sacerdotes no se daban abasto en los confesionarios. No obstante, en los pueblos vecinos se burlaban de la profecía y en una localidad cercana hasta hicieron un gran baile para contradecir al santo.