En la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María que la Iglesia Católica celebra este 15 de agosto, el Papa Francisco afirmó que la Virgen María no es una “estatua inmóvil de cera” sino una hermana que muestra con su vida el camino hacia Dios.
En su reflexión ante miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro y bajo el fuerte sol romano de agosto, el Papa resaltó que en el Evangelio de hoy se relata el anuncio del ángel Gabriel de que María será la Madre de Dios, tras lo cual se pone en camino para ir a ver a su prima Isabel.
El Santo Padre explicó que con esta acción “María no considera un privilegio la noticia recibida del Ángel, sino que, por el contrario, deja su casa y se pone en camino, con la prisa de quien desea anunciar a los demás esa alegría y con el afán de ponerse al servicio de su prima”.
En ese sentido, continuó el Papa Francisco, este viaje “es una metáfora de toda su vida, porque a partir de ese momento, María estará siempre en camino: siempre estará en el camino siguiendo a Jesús, como discípula del Reino”.
“Y, al final, su peregrinación terrena termina con su Asunción al Cielo, donde, junto a su Hijo, goza para siempre de la alegría de la vida eterna”.
“Hermanos y hermanas, no debemos imaginar a María «como una inmóvil estatua de cera», sino que en ella podemos ver a una «hermana... con las sandalias gastadas... y con tanto cansancio», por haber caminado tras el Señor y al encuentro de sus hermanos y hermanas, concluyendo su viaje en la gloria del Cielo”, exhortó el Papa.