Los cristianos en Siria, devastada por una guerra civil que ya tiene más de 13 años en curso, hacen lo posible “para vivir con tranquilidad” aunque no cuentan con los medios necesarios, según indicó Mons. Denys Chahda, Arzobispo sirio-católico de Alepo, en una conversación con EWTN Noticias.
Mons. Chahda agregó que aún deben mejorar muchos servicios y garantías básicas para que los sirios tengan una vida normal, como “la seguridad, que actualmente está peor que antes”. El arzobispo señaló que la pobreza aumenta los robos en las casas, en los negocios y en las calles. De igual manera, indicó que el embargo comercial internacional contra el país agrava exponencialmente las carencias.
“Falta el dinero para comprar comida. Los salarios son muy bajos, no llegan ni a 3 o 4 dólares [estadounidenses] al mes por cada obrero”, resaltó. Además, lamentó las cifras actuales de desempleo, que sólo empeoran la situación de carencias e inseguridad.
Otro de los problemas graves de Alepo, la ciudad más poblada del país, es la falta de energía eléctrica. Sólo hay servicio eléctrico dos horas al día. Esta situación se agrava durante los meses de calor, cuando la gente no tiene acceso al aire acondicionado y deben pagar precios muy altos por electricidad, de alguna fuente privada.
Ante esta situación, la Iglesia Católica ha jugado un papel fundamental para que la comunidad pueda vivir con algo de tranquilidad. “Estamos trabajando con la gente en general”, afirmó Mons. Chahda. En Alepo, los cristianos extienden su mano para atender las necesidades de las familias musulmanas.