Stefano Peschiera, el peruano que obtuvo la medalla de bronce en vela en la modalidad de ILCA 7 en los Juegos Olímpicos de París 2024, agradeció su logro con una Misa en el Santuario de las Nazarenas en Lima, donde está la imagen del Señor de los Milagros, la principal devoción católica del Perú.
“Debía acercarme a Dios si es que quería ser una persona feliz”
En declaraciones a los medios locales tras la Eucaristía, Peschiera afirmó que la fe ha sido una constante “en toda mi vida. Yo fui criado católico y hace poco, no hace demasiado, fui a un retiro y ahí de verdad me di cuenta de que debía acercarme a Dios si es que quería ser una persona feliz, tranquila, con alivio y sin cargo de conciencia”.
“Y la verdad eso ha hecho que hoy en día tenga la conciencia tranquila y esté dispuesto a pelear contra quien sea porque estoy acompañado, estoy muy bien acompañado”, resaltó.
Sobre la medalla de bronce, el velerista peruano destacó que “es una bendición, es una ‘Diosidencia’”, una palabra que usan algunos fieles para decir que las coincidencias no existen, sino que se deben a los planes del Señor. Se forma uniendo las palabras Dios y coincidencia.
Al recordar el gesto que tuvo con la mujer a la que le colocó su medalla de bronce en el aeropuerto, el día que volvió de París, Stefano Peschiera comentó que “esa persona es muy especial para mí, Piedad, porque me ha acompañado desde que yo nací y me ha criado. Sus valores son los que yo tengo hoy día y ella me enseñó a ser creyente. Es muy creyente, viene de la selva y es muy sencilla”.