El Cardenal Gerhard Ludwig Müller, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) del Vaticano, dijo que “no hay pruebas” de que haya manejado mal el dinero durante su gestión y se refirió a las acusaciones de irregularidades financieras como una “estrategia de difamación” en una entrevista con EWTN que se emitió el jueves 8 de agosto.
“No tienen argumentos en contra de mi ideología y, por lo tanto, quieren repudiar o difamar mi persona”, dijo el Cardenal Müller en The World Over with Raymond Arroyo.
El Papa Benedicto XVI nombró al Cardenal Müller prefecto de la CDF en julio de 2012, pero el Papa Francisco declinó renovar el nombramiento en 2017.
El Vaticano no reveló por qué el pontífice no permitió que el Cardenal Müller continuara sirviendo en la CDF. Sin embargo, un informe publicado por el sitio web católico The Pillar el 31 de julio, citando fuentes anónimas, afirma que el purpurado y la CDF fueron investigados por “cargos de irregularidades financieras significativas” antes de la decisión. Este informe llega más de siete años después de su salida del dicasterio vaticano.
Según las fuentes, decenas de miles de euros de los fondos de la CDF se guardaron en cajones de oficinas y se utilizaron como fondos discrecionales sin recibos. El informe afirma que funcionarios de la Secretaría de Economía fueron testigos de cómo funcionarios de la CDF movían grandes sumas de dinero en efectivo en bolsas de plástico. Además, alega que se depositaron 200.000 euros en fondos de la CDF en las cuentas bancarias personales del cardenal, que el Papa Francisco le ordenó devolver.
En su entrevista con Arroyo, el Cardenal Müller dijo que estas afirmaciones se remontan a “hace nueve años” pero que “no faltaba dinero” y que todo “se aclaró con el Cardenal [George] Pell”, quien dirigía la Secretaría de Economía en ese momento. Según el Cardenal Müller, “no había ninguna acusación contra mí”.